LA FIDELIDAD DE DIOS NOS LLEVA A LA LIBERTADAD
LAMENTACIONES 3: 1-24
(Versión Reina Valera 1960)
VERSICULOS CLAVES:
21 Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré.
22 Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
24 Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.
Aplicación Diaria:
A consecuencia del pecado de su pueblo, el profeta Jeremías se mira así mismo como si fuera un prisionero encadenado en la mazmorra de sus enemigos, viejo, amargado, sin fuerzas, humillado, objeto en burla, quebrantado casi muerto y sin esperanza. Se siente tan encerrado que cree que sus oraciones no ascienden hacia Dios.
Circunstancias similares se tendrá que padecer, como resultado de una vida de pecado, una vida llena de orgullo, soberbia, egoísmo y desprovista totalmente de la presencia de Dios. El resultado final de ese camino es la perdida de la familia, la salud; llega la ruina y finalmente la muerte en un estado deplorable.
En ese estado de esclavitud que se encuentra el pueblo y que tiene abatido al profeta; Jeremías avizora nuevamente una esperanza; se acuerda que la fidelidad y misericordia de Dios son grandes, sus misericordias son inagotables, que cada día se renuevan; entonces resuelve confiar en Dios, en la espera que su amor pronto se hará presente.
¿Porque vivir en la esclavitud del pecado, si en Cristo esta la libertad? En Él se encuentra ahora el amor y la misericordia total de Dios, en la sangre que derramo en la cruz, con la cual pago la compra de nuestra libertad.
Resolvamos dejar atrás el mal que nos asedia.
Arrepiéntase ahora mismo de sus pecados y resuelva confiar plenamente en Jesús y espere en Él. ¡Él Nos lleva siempre hacia la libertad!
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